Diciembre ha empezado con dos días nevando y el monte ha cogido por fin color blanco invernal.
El Molino luce sus mejores galas, la nieve hace que todo tenga un aspecto muy vistoso.
Es un gustazo salir y andar por la nieve virgen, ver todo cubierto y recorrer los caminos que durante el año han ido cambiando de colores para acabar así, blancos:
Hemos andado por nuestra ruta más recomendada saliendo desde el Molino, la que va por la dehesa de San Román, baja el hayedo de Santa María y llega hasta este pueblo abandonado. Un recorrido siempre bonito y hoy espectacular:
Con semejante cantidad de nieve había que construir algo, hoy Sara ha pensado que más que un muñeco de nieve, lo que pedía el cuerpo es…
Y para completar un día de nieve, ¡unas bajaditas con el trineo!